El amplio terreno del Valle de Aridane, al pie del macizo del Pico de Bejenao, es especialmente atractivo durante la floración de los almendros y en primavera. Aquí también podrá maravillarse con la impresionante cascada de nubes, donde las nubes de los vientos alisios se derraman sobre la Cumbre Nueva. Gracias a ellos, las laderas de las montañas son tan verdes y frondosas con pinos canarios y matorrales de brezo (fayal-brezal).
Fotos: Emilio Barrionuevo