Un pequeño sendero desciende por la escarpada costa hasta el antiguo puerto, desde el que se cargaban las mercancías en pequeños barcos que se llevaban a la capital de la isla, Santa Cruz de La Palma. Frente a ella se encuentran tres rocas en el Atlántico, y a un lado una pequeña playa, muy atractiva con marea baja y mar en calma.
Fotos: Kike Navarro