aeonium arboreum
Los ancestros de estas plantas de hoja gruesa probablemente ya crecían en los bosques de laurisilva del continente europeo hace unos 60 millones de años. Sus descendientes han evolucionado de muchas maneras en las Islas Canarias, donde se encuentran la mayoría de las 40 especies. Por lo demás, también crecen en Madeira, en las islas de Cabo Verde, en el sur del Mediterráneo y en Marruecos.
Las eonias pueden almacenar el CO2 del aire en sus hojas durante la noche y luego utilizarlo para la fotosíntesis durante el día. Esto les permite sobrevivir en lugares secos y calurosos, en grietas estrechas de los cañones y entre las tejas, porque pueden reducir la evaporación del agua sin renunciar al dióxido de carbono. Así, los "bejeques" son especialmente capaces de sobrevivir y prosperar donde otras plantas se marchitarían. Su constante adaptación a las zonas inhóspitas y recortadas de las islas son la causa fundamental de su diverso desarrollo en Canarias dentro de su género. Los canarios se identifican a menudo con esta planta resistente, que tiene diferentes estrategias de supervivencia según el reto al que se enfrente.
Foto: Ines Dietrich